LA PANTERA NEGRA Y EL DUEÑO DE MONTE

Memorias de infancia en las montañas de Turrialba
Por ibo Bonilla Oconitrillo


El Dueño de MontePantera negra

"Muy sutil es la diferencia entre la huella de un tigre y la de una pantera negra: para el mismo peso ésta tiene menor ancho y más profudidad, almohadillas más estilizadas, por lo que parece que las garras fueran más grandes."

Eso me dijo mi padre mientras caminábamos por la selva buscando un espavel o un cedro maría, que nos diera un par de buenas tucas, eso si los malditos Rojas - Cortés no nos las decomisaban, podrían darnos para comprar el arroz, harina y la manteca para complementar los productos de los cultivos familiares o algún palmito amargo de la montaña.

Idolatraba la perfección biomecánica y la belleza incomparable de la pantera negra, el epítome de la forma transformada en movimiento, ...y viceversa, el misterio y la estética, la fluidez y la furia. Ya con seis años soñaba con que la vida me premiara con darme una mujer con esas características, porque con la pantera misma, decían que más peligroso.

Nada, ni siquiera el león ni el tigre, me subían más la adrenalina, me apretaba más el plexo solar y me hacía sentir un nudo en la garganta, como la posibilidad de encontrarme con una pantera negra o ...con el "dueño de monte".

Esa selva entre Turrialba y el Caribe, donde llueve un día y el que sigue más todavía, tiene como diría Horacio Quiroga: la agobiante monotonía de la variedad infinita, detrás de esa calma, puedes palpar la tensa inquietud de un intenso movimiento casi invisible, no lo ves allí, pero giras y la planta ya creció o se esfuma una criatura casi nunca reconocible, tienes la certeza de cientos de ojos que te observan, y claro, algunos de ellos, los más subrepticios pueden ser de una pantera negra o ...del dueño de monte.

Dicen que el mayor peligro de la pantera es que te puede matar, antes de que pidas perdón a Dios, así de rápido, ...o de lento que es uno para recordar sus propias torerías. En cambio, del dueño de monte no se sabe que haya matado a nadie, al menos en esta zona, aunque quienes lo han visto calculan que puede estrangular como nada al hombre más fuerte.

Aunque tenga ojos bondadosos y asustadizos, sus tres metros de estatura y abundante pelaje, que asusta, ...asusta, pero más, su porte erguido y antropomórfico. Qué raro, será por la aberrante posibilidad de que Darwin tenga razón?, porque la verdad no sé si la risa que nos provocan las monadas de los chimpancés, es por graciosos o porque se nos parecen. Esa manía del dueño de monte de estar justo atrás observándote y desaparecer en cuanto lo ves, tienen razón los finqueros: es incómoda. Bien, ...bien, admito que nunca lo vi, ...pero es incómoda.

Ahora me entero que Monster Quest, lo busca en los Himalayas, Las Rocallosas y hasta en China. Desde luego que me es imposible imaginarme un dueño de monte con los ojos chinos, y menos mascando chicle o comiendo haburguesas, me parece que ambos somos vegetarianos, ...pura intuición femenina.

Me agobia la irreverencia que tienen las humanas obesas para con las panteras negras, cuando se ponen "licras" o "legins" y otra ropa negra ajustada, quesque para verse más delgadas, ...debieran ver la agilidad de movimientos, como con su cortísimo y brillante pelaje, marcan cada uno de los músculos en acecho, perfecta armonía del movimiento fluido, como campeones olímpicos de patinaje sobre hielo, o el ballet de Moscú, pero de negro profundo y ojos como leds.

Justo esto fue lo primero que pensé cuando en plena Plaza Callao, en plena Madrid de junio, 1991, veía unas españolas pasaditas, mientras presurosamente se detenía un vehículo con una pantera negra furiosa a punto de volcar la jaula - carreta en que la trasladaban de zoológico.

Claro, disculpen pero no hay otra forma de decirlo, ...el "bestia" quien ordenó el movimiento, no sabía que a un felino, para trasladarlo primero hay que cubrir la jaula, porque las figuras en movimiento le generan un estrés ancestral imposible de dominar. Con su fuerza brutal la pantera estaba a punto de romper las puertas de la jaula, en medio de un montón de estúpidas miradas que atónitas sólo atinaban a amontonarse cada vez más.

A pesar de la arrogante ignorancia de algunos españoles, éstos del zoológico atendieron la sugerencia de taparlo y esperar a que se calmara antes de proseguir el camino, cosa que no tardó menos de dos horas, tiempo suficiente para hacerles unas bromitas a los incautas e impresionables gentes de ciudad.

Sabiendo que nada se difunde más rápido que un rumor entre madrileños, me acerqué a un excitado grupo de transeúntes, que incrédulos miraban la pantera y con cara de indignación les comento la barbaridad que significa el vender indiscriminadamente "pienso compuesto" (alimento para animales) con exceso de vitaminas y otros nutrimentos, tanto que eso que veían en la jaula, no era más que un gatito sobrealimentado, es el colmo la avaricia de algunos fabricantes y el descuido de algunos con sus mascotas.

Una hora después, en el otro extremo de la Plaza, pude escuchar de cómo el Ministerio de Sanidad estaba denunciando a Purina por usar hormonas de crecimiento genéticamente modificadas en los alimentos para gatos. Esto es Madrid.

 

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